martes, 13 de diciembre de 2016

Para Despegar Necesitas 300 kms por Hora.



Para Despegar Necesitas 300 kms por Hora.

Un avión de pasajeros necesita alcanzar mínimo los 300 kilómetros por hora para despegar. Podría correr cualquier cantidad de minutos en una hipotética pista larga a 299 kilómetros por hora, gastar cantidades enormes de combustible, dinero, tiempo del equipo de pilotos, pero si no llega a 300 kilómetros, toda esa cantidad de recursos es en vano.

El avión también puede llegar por un momento a los 300 kilómetros,  pero si inmediatamente después baja  la velocidad,  tampoco despegará, regresará a correr en la pista.

Se necesitan obligatoriamente, todo el esfuerzo para alcanzar los 300 kms, sostener esa velocidad por un rato para lograr el despegue, y luego incrementarla para que el avión gane altura.

Esta es una analogía de lo que nos pasa en la vida.

Algunas veces fuimos consistentes: mantuvimos  un largo tiempo una velocidad alta de 299, pero nos faltó invertir un poco más de combustible (esfuerzo, trabajo, dinero, recursos) para el despegue. Es decir, cumplimos el requisito de CONSISTENCIA (tiempo), pero fallamos el requisito del ESFUERZO (inversión de recursos, energía).

Otras veces pusimos todo el esfuerzo necesario para despegar, y luego, inexplicablemente, reducimos la velocidad. Es decir, cumplimos por ESFUERZO (recursos), pero fallamos en CONSISTENCIA (tiempo, disciplina, etc).

Este fenómeno físico lo puedes comprobar por todas partes. Para que el agua hierva debe llegar a 100 grados centígrados. A 99 grados no hierve. Si tenemos un recipiente con una llama baja y no le ponemos suficiente energía (esfuerzo), mantendremos el agua caliente, pero sin hervir. O si le ponemos suficiente energía y en cuanto hierve bajamos la llama: nos falló la consistencia (tiempo).

Si vamos a abrir un negocio hay que calcular toda la inversión inicial de dinero, espacio, maquinaria, personal (ESFUERZO) que necesitaremos durante un tiempo requerido (CONSISTENCIA) para que la empresa despegue. Si un chico quiere enamorar a una chica, debe calcular los dos factores. Si queremos aprender a tocar violín a nivel de concierto, son los mismos factores.

Cualquier proyecto u objetivo personal o empresarial, tiene que lograr el esfuerzo y consistencia para despegar. Si no hemos logrado despegar, hay que analizar en cuál de los dos factores estamos fallando. Inclusive se puede estar fallando en ambos. Esto aplica para nosotros como personas, para nuestra empresa o nuestro país.

Derechos Reservados 2016, Ing. Gerardo Herrero Morales.






martes, 6 de diciembre de 2016

PERFECCIONISMO



PERFECCIONISMO.

“Haz las cosas bien y a la primera”.

“La práctica hace al maestro”.

Seguramente las dos frases las has escuchado, ya que son comunes. Pues bien, son frases que se contraponen. Una de las dos tiene que ser más correcta que la otra.  Revisa tus propias experiencias y te darás cuenta cuál es la más irreal y cuál refleja más la realidad.

La frase de la práctica es más apegada a la realidad. Con ella nos acercamos a la perfección. Para ser un maestro debes darte permiso para intentar tu objetivo una y otra vez (no te va a salir excelente a la primera). Evita caer en el desánimo sigue intentándolo y toma nota para corregir los fallos que se presentan. La prueba y error sigue siendo un método perfectamente válido.

A mucha gente le gusta ser perfeccionista y eso está bien, siempre y cuando tomen en cuenta lo siguiente:

El perfeccionismo demanda cantidades enormes de recursos: tiempo, dinero, esfuerzo propio y personal de ayuda. Por ejemplo, imagina que un joven decide dedicarse a los clavados para competir en las olimpiadas. Requerirá gran cantidad de práctica, años inclusive, dinero para las escuelas de natación, instructor propio. Y eso implica que sacrificará otras cosas, amigos, vida social,  dinero para poner un negocio, hasta tener hijos y familia.

Si quieres ser perfecto recuerda que no lo puedes ser en todo lo que haces. Debes de ser muy selectivo. O haces bien 10 proyectos, o haces 1 proyecto perfecto. A veces es más productivo hacer 10 cosas simplemente bien, que 1 sola perfecta.

El precio de acercarnos a la perfección es muy alto. Habrá ocasiones que lo justifique y muchas otras que no. La decisión final es muy personal.

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martes, 29 de noviembre de 2016

Érase una Casa Grande.



Érase una Casa Grande.

Ella estudió licenciatura en Relaciones Internacionales, por su parte él estudió para odontólogo. Se casaron muy enamorados en 1989.  A él le gusta mucho construir, de hecho también le gustaba la carrera de arquitectura. Lograron conseguir un préstamo bancario y desde esa fecha y con grandes esfuerzos hacen altos pagos mensuales de la hipoteca.

Él tenía el sueño de hacer una casa grande en un fraccionamiento exclusivo de la Ciudad de México y consiguió un terreno con una vista hermosa. La casa tiene cuartos y espacios muy amplios. Actualmente está valuada en $500,000 dólares y está pagada en un 75%, es decir, se ha llevado quizá ahorros equivalentes a más de $350,000 dólares de ambos.

El esposo trabaja prácticamente esclavizado de 6am (por el tráfico de la ciudad) hasta las 8 o 9 pm. Ella trabaja medio tiempo en un despacho de consultores.

El tiempo invertido por el esposo en el trabajo hace que se enajene tremendamente. Cuando llega a su casa sólo piensa en comer algo ligero y ponerse a dormir porque mañana le espera un día idéntico al que acaba de vivir. Hace tiempo que no disfruta de la vida, su carácter se ha agriado. La rutina parece ser el mayor enemigo de la raza humana.

Tienen 3 hijas, la mayor de 16 y la menor de 12. Cuando ella llega a su casa, trata de convivir con sus hijas, pero es poco, porque las muchachitas quieren pasar más tiempo con sus amigas. La mamá parece chofer llevando y trayendo a las hijas.

La mayor parte de la tarde ella se encuentra sola en un gigantesco cascarón vacío, su esposo no está, las hijas tampoco, y se da cuenta que ha sido un grave error el haber querido construir una casa tan grande. La zona tan cara en que viven les es ajena, ya que ambos provienen de clases medias y no conocen ni a los vecinos, sino los enormes portones anónimos de las casas aledañas.

Con el paso del tiempo y el futuro próximo del salir de las hijas, la casa dará un efecto más frío del que ya tiene para cualquiera que la visita: de hecho se siente la falta del calor de hogar.

También han sido víctimas del condicionamiento social, como aquel que dice que mientras más grande es tu casa, tienes una vida más feliz (lo que no te dicen es que te endeudarás y esclavizarás  financieramente por los 20 o 30 años más valiosos de tu vida)

Ella a sus 45 años es guapa aún, y no escapa a las miradas de los hombres, lo cual hace que el esposo la cele aún más. Ella añora la etapa de cortejo y el romance que se ha ido con el tiempo. Tal parece que la casa es una especie de maldición para la familia, ya que él es el esclavo de la casa y ella dependiente de él.

El matrimonio se encuentra ahora en fase terminal. Lo peor es que ambos quieren vender la casa, pero no les pagan lo que vale, ya que es poco comercial por lo elevado del precio en una economía mexicana y mundial que no está en las mejores condiciones. Ambos están atrapados sin salir de su jaula de oro, que les exige mes a mes un fuerte tributo monetario.

No se han dado cuenta de un dicho judío que dice así: “No se ha visto que una casa dé para poner negocios, pero sí negocios que dan para poner una casa”.                     

¿Cómo hubiera actuado una pareja judía? Ellos hubieran rentado una casa o departamento cómodo pero modesto, y los ahorros de ambos hubieran servido para poner negocios primero.  

En el caso de esta pareja, podrían haber trabajado juntos en crear su propia fuente de trabajo, pero no fue así. Estamos hablando que en 18 años de matrimonio acumularon $350,000 dólares que les hubiera alcanzado para poner 35 negocios de $10,000 cada uno, y de varios les hubieran funcionado.

Por supuesto que hay mucha gente que piensa que es mejor sacar un préstamo para ir pagando la casa, que pagar una renta “y tirarla a al caño” si somos los inquilinos. Todo está en el flujo de efectivo. Si la renta es baja, más vale rentar y ahorrar para poner un negocio propio que nos dé independencia económica. Hay que recordar que un buen negocio puede proporcionar de $1, 2, 3, 4,000 dólares o más de flujo de efectivo al mes y con eso podrían sobradamente pagar los pagos de una hipoteca para pagar una casa. Hay autores de libros financieros que hablan mucho de que “tu casa es un pasivo” y la gente no lo entiende, porque en el sistema educativo se enseña que la casa es un activo. Como ellos lo definen, pasivos son egresos que extraen dinero de tu bolsillo, por ejemplo la manutención de una casa, especialmente si ésta es grande. Puede verse también como activo, si la casa generara dinero que nos pudiéramos meter al bolsillo, por ejemplo, si rentáramos la casa a inquilinos.

El sistema educativo tiene la enorme carencia de no enseñar inversiones personales. La inmensa mayoría de profesores están sin idea alguna, por lo que no pueden ser tomados como ejemplos vivos. Casi todas las personas seguimos el caminito errado descrito arriba. Cuando el camino correcto es: 1. Negocio, 2. Re-Inversiones, 3. Casa Propia, 4. Diversiones, viajes o cualquier otro gusto.

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martes, 22 de noviembre de 2016

¿Depresión? Un Par de Sugerencias



¿Depresión? Un Par de Sugerencias.

Todos podemos tener en un momento dado de nuestro día una depresión desde ligera a aguda. Es parte de la vida. Si buscamos razones seguro las encontraremos:

“Si mi hijo no pasa su examen extraordinario de matemáticas va a repetir el año”
“Ganó Donald Trump”
“Las acciones que compré el mes pasado han bajado 5%”.
“La vida es injusta conmigo”.
“He perdido contacto con mis amigos”.
“La competencia sacó un producto novedoso al mercado”.
“Mi hija se casó y la casa se siente más sola”.

Un millonario se puede haber deprimido por haber perdido 5 millones de su fortuna de 100 millones aunque le queden 95. En realidad, siempre vamos a tener motivos para deprimirnos. Nunca va a estar todo perfecto. Es el cuento de nunca acabar

Es cierto, algunas cosas son muy graves y puedes tener toda la razón del mundo en deprimirte. El caso es: no debemos quedarnos paralizados. Al menos si vamos a estarlo, ponernos un tiempo límite para ello. La primera sugerencia es decirnos  a nosotros mismos: “ok, ya tuve mis 15 minutos de depresión del día de hoy, ahora me voy a entregar en cuerpo y alma en mis actividades y ser productivo”. Tienes muchas cosas que puedes compartirle al mundo, incluso sin esperar algo a cambio.

El diálogo mental que tenemos con nosotros mismos debe estar bajo control.  Nuestra mente puede ser nuestro mejor amigo o nuestro peor enemigo. Así que la segunda propuesta concreta es contestar la siguiente pregunta: ¿Qué tengo a mi favor? Haz una lista lo más extensa que puedas. Ponla en tu monitor de la computadora. Escoge una tarjeta de presentación y en la parte blanca escribe lo mejor que tengas de tu lista, llámala tu lista de positivos. Si nos gusta recordar lo malo o las carencias, también haz otra lista, llámala la lista de negativos. Y compara ambas. Lo más probable es que la lista de cosas buenas supere a las malas.

Si en tu diálogo mental interno te enfocas en lo que tienes, miras tu lista de positivos, en lugar de lo que no tienes, hará una gran diferencia. Puede ser que cambies de depresión hasta entusiasmo. Sólo tú puedes motivarte. Mantén tu mente a tu servicio, no en tu perjucio.

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martes, 15 de noviembre de 2016

Si vas a Contradecir, Hazlo con Asertividad




Si vas a Contradecir, Hazlo con Asertividad

En las empresas en que trabajamos muchas veces escuchamos puntos de vista diferentes. Si sentimos que algo es incorrecto y callamos no seríamos profesionales. Nuestro deber es alzar una  oportuna “bandera amarilla”. Recuerda el dicho: “el que calla, otorga”.

Debemos desarrollar la competencia de contradecir de manera asertiva, sin herir susceptibilidades. Eso hará mantener un sano espíritu de colaboración entre todos.

Aquí compartimos algunos ejemplos de cómo hacerlo:

1.     Ser bien intencionado. Si vamos a contradecir, es porque queremos realmente ayudar al equipo de trabajo a tomar mejores decisiones. No simplemente por querer hacer trastabillar al que está exponiendo.

2.     Cuando vamos a contradecir hay que ser breves y evitar que los reflectores del equipo se enfoquen eternamente con nosotros.

3.     Habrás visto gente que contradice para obtener atención o por envidia, no por tener una mejor propuesta. A este tipo de gente hay que preguntarle: “muy bien, no estás de acuerdo ¿y  tu sugerencia es…?”

4.     Escoge bien las “batallas” que quieras pelear, las que valen la pena. Si queremos estar en desacuerdo en todo, corremos el riesgo de que se nos etiquete como “contreras”.

5.     Nuestro punto de vista tiene que estar sustentado en hechos, datos sólidos. De lo contrario solamente estaríamos metiendo ruido y alargando innecesariamente la junta.

6.     Permitir que la persona que expone haya terminado por completo de dar su explicación. No debemos interrumpirlo.

7.     Nuestro punto de vista tiene que ser procurando que mejore la situación para todos los involucrados, es decir un ganar- ganar.

8.     Hacerlo en el foro, contexto y momento adecuados, con los tomadores de decisiones correctos. De no hacerlo así, sería más una queja inútil que una aportación real.

9.     Preguntarnos si nuestro punto de vista debe por su relevancia ser compartido en público. De otra manera, hacerlo en privado con la persona con la que estamos en desacuerdo.

10.  Hay que tener presente que podemos estar equivocados y que la persona que expuso primero puede tener la razón. Hay que estar abiertos. Se busca encontrar la mejor solución, no un choque de egos.

11.    Utilizar un tono de voz amable y conciliador. Evitar tonos de molestia, ira, o indignación.

12.  Tener empatía al decirlo, por ejemplo en lugar de:

“No estoy de acuerdo contigo (Miguel, Ana, José, etc)”
“Estás mal”
“Disiento en lo que dices”
Lo único que lograríamos es la animadversión de la persona que habla, y más si lo hicimos en público exponiéndolo a críticas mayores.

Hay que decir:
“Mi punto de vista es…”
“Vemos todas las alternativas que podamos generar, con pros y contras, ¿les parece bien?”
“Quizá debamos añadir… (y das simplemente tu opinión)”

Fomenta la asertividad en tu organización, tanto con clientes internos como externos, e inclusive dentro de nuestras familias. A todos nos ha tocado ver gente que contradice de manera no-asertiva. Es una experiencia que debemos evitar si queremos que la creatividad crezca en nuestras organizaciones.

Debemos contradecir de manera asertiva, y dar nosotros el primer buen ejemplo de cómo hacerlo.

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martes, 8 de noviembre de 2016

FIJACIÓN DE OBJETIVOS PROFESIONALES: ¿El Peor Error que Podemos Cometer?



FIJACIÓN DE OBJETIVOS PROFESIONALES: ¿El Peor Error que Podemos Cometer?
Mahatma Gandhi consiguió la independencia para la India de la Gran Bretaña usando métodos pacíficos. Cuando alguna vez le preguntaron si estaba satisfecho con su vida declaró que no: sólo se había enfocado en el ámbito de su carrera como abogado y libertador. Sentía que “había fracasado como padre al tener un hijo que acabó su vida en el desenfreno y en el alcohol”. El "Padre de la India" siempre se lamentó de no haber podido ser el padre de familia que hubiera querido ser.
Muchas personas se han vuelto adictas a la fijación de objetivos profesionales y los logran al costo de desconectarse de ellos mismos. Por ejemplo, ejecutivos que hacen crecer el negocio pero han olvidado sus familias. Escritores que buscan escribir un best seller, pero olvidan la pasión de por qué querían escribir. Políticos que empezaron con un sincero deseo de ayudar, y luego se pierden en la búsqueda del poder por el poder. 
Un error muy frecuente que llegamos a cometer es enajenarnos con objetivos cargados normalmente hacia un solo aspecto profesional de nuestras vidas,  perdiendo la salud, amistades, familia, honor, etc en el proceso.
Debido a que la fijación de objetivos se efectúa con el hemisferio izquierdo del cerebro, mucha gente empieza la búsqueda de la felicidad con sólo la mitad de su poder real (como un avión de 2 motores, sólo que utilizamos uno), sin preguntarnos nuestros sentimientos y sueños (hemisferio derecho). Por lo cual debemos de tener complementos a la sola fijación de objetivos, como:
Meditación.
Soñar despierto.
Conectarnos con nuestro espíritu.
Conectarnos con la Naturaleza, y dejar que ésta nos inspire.
Debemos tener objetivos entonces en cada área, no sólo en las profesionales. Y que esa cantidad de objetivos completos, que incluya el área espiritual, familiar, comunidad, salud, trascendencia, económico. Y además deben estar priorizados a fin de saber qué tanto énfasis hacer en cada uno de ellos.
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miércoles, 2 de noviembre de 2016

No Permitas la Delegación Superior.

El subordinado llega continuamente con un problema, que el mismo puede resolver, a la oficina de su jefe. El jefe lo resuelve, invirtiendo parte de su tiempo propio y descuidando las actividades de su puesto. El subordinado se acostumbra a que el jefe le resuelva todo, hasta lo más mínimo. El subordinado se hace codependiente del jefe. Ambos, el jefe y el subordinado se atoran en el trabajo.
Esto se puede solucionar si el jefe tiene la regla de: “por cada problema trae 2 soluciones viables de mejora”.
Si el subordinado sólo trae problemas, el jefe lo va a ver como “problemático”. Si el subordinado trae más soluciones, el jefe lo va a ver como “propositivo”, soluciones que en caso de implementarse el subordinado recibirá el 100% del crédito.
Imagina si tuviéramos una cultura de ser propositivos. Si por ejemplo, en la Cámara de Diputados o en el Senado, un partido político que se oponga a una iniciativa, tuviera que proponer al menos un par de propuestas mejores a la situación actual. Oponerse sin proponer nada a cambio sólo denota inmadurez.
De ser más propositivos depende nuestro crecimiento como país.
Si permites que tu pareja, tus hijos, tus socios o tu gente, te traigan nada más problemas, no sólo no los vas a hacer crecer y desarrollarse, sino que al rato tendrás un exceso de trabajo imposible de sacar. No te harías un bien a ti ni le haces un bien ellos.
Una cosa es dar una inducción a un puesto, otra cosa es hacer codependientes a las personas. Necesitamos cada quien hacernos cargo de nuestros propios problemas, para poder crecer en nuestros campos profesionales y personales.
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martes, 25 de octubre de 2016

VENTAS: Profesión donde hay Más Demanda que Oferta.


VENTAS: Profesión donde hay Más Demanda que Oferta.

Nos decimos profesionistas. Y estudiamos 5 años para licenciados, ingenieros, doctores, abogados. Incluso más años en diplomados o en maestrías para actualizarnos en nuestros campos y no perder competitividad.

Aun así, al pasar de los años las empresas ya no contratan profesionistas a los 40 años, y bastantes se desprenden de los que tienen 50 años. Razones habrán muchas. Los que tendrían que explicarlas son los directores generales.
Eso sería tema para otro post.

Lo que quiero comentar es lo siguiente: cuando un contador (ingeniero, licenciado, etc) recién egresado, sale a buscar trabajo, se encuentra con 20, 50, 100,  200 o más competidores por el mismo puesto, ya que en la universidad prácticamente a todos les enseñaron a absorber empleo y no generar empleo.  El feliz contador contratado puede darle servicio a una empresa de 100 o más personas, ya que hay un límite muy pequeño en la capacidad de contratación. SI la empresa crece mucho podrá haber 2, 3, 5 contadores y auxiliares más cuando mucho. Y por ello, siempre en las empresas habrá más oferta que demanda de contadores. Lo mismo aplica para ingenieros, licenciados en administración, recursos humanos, mercadólogos: hay mucha más oferta que demanda.

Sin embargo, hay una profesión que no necesita un título universitario, que puede ser practicada más rápidamente, y para la que siempre habrá más demanda que oferta en las empresas.

Para esa profesión no importa tu edad, puedes tener 60 o más, no hay despidos, no hay políticas internas que te detengan. No se necesita un “padrino” para escalar.

Esa profesión es la de ventas.

Mucha gentes no tienen la competencia de vender porque no están acostumbrada al rechazo. Y creen, equivocadamente, que ser vendedor es algo denigrante. Sin embargo, ¿qué puede ser peor que 1 puesto aceptado por 100, 200 candidatos rechazados?

Una empresa puede requirir sólo a 1 contador, pero no tiene problema en contratar a 100, 200 o más vendedores que trabajan 100% a comisión pura (que es que prefieren los vendedores profesionales). Otra razón para que haya muchísima más demanda que oferta de vendedores.

En la profesión de ventas, bien llevada, el que se pone los límites de ganancia es uno mismo,  es decir, no hay límites. En un puesto de trabajo el sueldo del profesionista está sujeto a la economía, a los jefes, a la competencia de la empresa que trabaja, a mil factores que no dependen de él mismo.

El vendedor profesional depende de sí mismo. Las empresas se pelean por los mejores. Un vendedor profesional puede ganar más que el dueño mismo, ya que los empresarios tienen años de pérdidas y años de ganancias. El vendedor profesional siempre tiene años de ganancia y él gana comisiones sobre ventas brutas de la empresa (antes de gastos, costos e impuestos). El vendedor exitoso pone las reglas a la empresa que lo quiere contratar.

Y si tu destino final es ser querer ser emprendedor, necesitarás la competencia de saber vender más que ninguna otra.

Pero para que eso suceda, un profesionista (ingeniero, contador, licenciado) debe tener el estudio, preparación, práctica de años en ventas (tal y como ocurrió con el “precio” que tuvo que pagar para graduarse en su licenciatura). Y muchos no están dispuestos a pagar el “precio”. Por eso, los vendedores exitosos profesionales son muy escasos.

Haz un esfuerzo por estudiar una maestría después de tu carrera. Podrás poner si gustas en tu tarjeta LCP, LAE, LEM, ING, Vendedor Profesional. Tendrás que reinventarte, aprender competencias de comunicación, inteligencia emocional, liderazgo, negociación, ventas B2B (business to business) y muchos temas que necesitarás dominar al 100%. Pero valdrá la pena, porque tú controlarás tu destino.

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martes, 18 de octubre de 2016

Haciendo de lo Ordinario Algo Extraordinario.


Haciendo de lo Ordinario Algo Extraordinario.

El ser humano es más poderoso de lo que cree.

A veces nosotros mismos nos limitamos pensando que no podemos cambiar el mundo. Sentimos que no tenemos los recursos o talentos para hacerlo.

Cuando en realidad podemos cambiar para siempre el destino de las personas que nos rodean.

Una ayuda oportuna, una sonrisa en el momento indicado alteran la vibración de una persona necesitada. Prestar oídos a quien quiere hablar y ser escuchado. Un abrazo a quien está deprimido es la mejor medicina para su alma.

Esa ayuda no necesariamente te cuesta dinero.

La retribución que tendrás será tu avance espiritual.

Ocurrió en Inglaterra a principios de siglo XX, en un orfanatorio. La mortandad de bebés recién nacidos abandonados era muy alta. La señora del aseo, profundamente conmovida, se dio prisa en hacer sus tareas lo más rápido posible. Y empezó a abrazar por 30 segundos a cada niño del cunero.

La mortandad de bebés disminuyó notablemente. Los doctores no sabían la causa, hasta que se dieron cuenta que cuando los bebés escuchaban el sonido de las cubetas de metal, los niños se empezaban a agitar en sus cunas. Y entonces vieron lo que pasaba.

En otra ocasión un padre de familia quería hacer el mejor regalo a sus hijos pero no tenía dinero. Entonces compró un cuaderno de aros y se puso a escribir todos los errores y aciertos que había tenido en su vida. De tal modo que sus hijos pudieran aprender de lo bueno y evitar lo malo. Ese fue el regalo para sus hijos.

Nunca pienses que tu vida es poco valiosa o que no puedes aportar. Piensa mejor que hay cientos de oportunidades para hacer un avance en tu vida y en la de los demás.

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martes, 11 de octubre de 2016

CAPACITACIÓN: Personalidades que Toman un Curso

CAPACITACIÓN: Personalidades que Toman un Curso.

1) Ausentes. Llegan tarde, faltan a alguna sesión. Pueden estar ausentes no sólo física, sino mentalmente, como textear, conversar con el de al lado, soñar despiertos, no retienen lo explicado.

2) Asistentes. Cumplen al 100% el tiempo de un curso o seminario, pero en silencio, son tímidos o pasivos. No emiten opiniones ni preguntas. Al final del curso pueden poner que “les hubiera gustado ver x o y tema”. Sólo que no lo expresaron a tiempo.

3) Participantes. Llegan a tiempo, hacen preguntas claras desde las básicas a las interesantes, mantienen una actitud de aprendizaje y entusiasmo, hacen comentarios enriquecedores.

4) Dominantes. Quieren monopolizar la conversación. Pueden ridiculizar, intimidar a los compañeros. Contestan en voz alta llamadas de su celular, hacen preguntas demasiado elaboradas buscando la confusión. Se auto-adjudican el papel de abogados del diablo. Crean un ambiente pesado, pasan por encima de cualquier regla, quieren ser el centro de la atención. 

Una acción preventiva que puede tomar una empresa es presentar anticipadamente la descripción de las cuatro personalidades a las personas que están por tomar un curso. 

Una acción durante el curso es que haya un representante de recursos humanos presente. 

Una acción correctiva es pedir, por norma, al facilitador que haga un reporte individualizado de cada una de las personas que tomó el curso a recursos humanos. El título de Participante no se debe otorgar a todos de gratis, se debe ganar por méritos propios. 

Una buena manera de mejorar nuestros cursos es avisarle a las personas que lo van a tomar que van a ser evaluados de cómo se desempeñaron. Que se espera de ellos que sean participantes y no ninguna otra de las 3 clasificaciones que no aportan ni a la empresa ni a los compañeros.

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martes, 4 de octubre de 2016


COMPETITIVIDAD: Critica tu Producto o Servicio sin Piedad.

Tu empresa hace colchones ¿ya dormiste un mes en tus propios colchones?

Tu empresa es un restaurante ¿ya probaste tu propia comida?

Tu empresa es una consultoría ¿ya seguiste tus propios consejos?

Tu empresa fabrica muebles ¿ya te sentaste en tus sillas?

Tu empresa hace pan de caja ¿alimentarías a tus hijos con tu pan?

Tu empresa hace un aparato electrónico ¿fue fácil desempacar, instalar, usarlo?

¿Te hubiera gustado recibir como cliente el servicio que diste como proveedor?

¿Contratarías a un empleado similar a ti mismo?

Si no nos gustaron a nosotros nuestros productos y servicios, ¿por qué tendría que gustarles a nuestros clientes?

Si no te abres a la auto-evaluación, tus competidores y clientes seguro que te evaluarán.

 Así que es mucho más productivo, el adelantarnos nosotros mismos a cualquier objeción o “negrito en el arroz” que puedan tener los productos o servicios que entregamos a nuestros clientes externos. Hay que buscar nuestros propios defectos con lupa exhaustivamente y sin piedad.

Lo anterior aplica también a los clientes internos, al 100%. Ellos nos evalúan cada 6 meses o cada año. Querámoslo o no. Nos guste o no. Tenemos que tener la actitud de no ser autocomplacientes.

La auto-evaluación sincera y completa es el primer paso de la mejora continua. No tengas miedo de hacerla. Es mejor “jalarnos las orejas" nosotros mismos, que alguien de afuera lo haga por nosotros.

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martes, 27 de septiembre de 2016



INFELICIDAD. El Desfase de Nuestra Personalidad.

En una reunión de empresarios muebleros un grupo comentaba acerca de un danés que vino a México pasados sus 50 años, con muy poco dinero y que al cabo de 3 años era un millonario exportador a Estados Unidos de cubiertas de mármol para mesas.

Se notaba una cierta envidia en los comentarios. Los muebleros se preguntaban cómo un extranjero que no sabe español, sin pocas conexiones sociales, y ya mayor, había logrado hacer tal cantidad de dinero.

Seguramente no conocían toda su historia: el empresario tiene un hijo con síndrome de Down y varias enfermedades.

Les pregunté que quién se cambiaría totalmente por él. Porque es fácil envidiar parcialmente lo bueno, pero no todo de una persona. Nadie quiso cambiar salud por dinero o tiempo por dinero.

El estar desfasados, no estar en paz con nosotros mismos, es lo que nos trae la infelicidad.
Para corregirlo debemos recordar esta simple frase:


Voy a ser feliz HOY, con lo que TENGO, con lo que SOY, en donde ESTOY.


Necesitamos los tres componentes, con dos no basta.

Una persona puede estar contenta con el dinero que tiene, contenta en el lugar que está, pero no contenta porque se siente no atractiva físicamente hablando.

Otra persona puede estar contenta con su apariencia, en el lugar que vive, pero no es feliz porque no tiene los bienes que quisiera.

Se nos puede ir la vida entera queriendo subir el factor que tenemos más bajo y nunca estaremos contentos.

Estaremos envidiando, juzgando, criticando a otros, en lugar de centrarnos en el presente y hallar felicidad con nuestras circunstancias actuales.

Se vale querer tener más, ser más y querer estar mejor. Lo que no se debería de valer es no darnos paz y estar felices, en lugar de estar insatisfechos todo el tiempo.

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