jueves, 31 de agosto de 2017

El Secreto Poder de la Cortesía


El Secreto Poder de la Cortesía

“Se cortés. Escribe diplomáticamente. Uno debe observar las reglas de la cortesía, aún en una declaración de guerra” Otto Von Bismark, Canciller del Imperio Alemán.

Cortesía (politness). Algo que no se enseña en las escuelas o universidades, que quizá hemos visto casualmente que la aplican alguno de nuestros padres, parientes o amigos. Pero jamás la hemos usado como un sistema de trabajo formal, con las implicaciones que tendría en nuestras vidas personales o profesionales.

Es por ello nos cuesta mucho trabajo, no la tenemos presente. La mayoría de veces la olvidamos por completo. Sólo los grandes cuadros diplomáticos internacionales tienen un entrenamiento formal en el tema.

Y sin embargo, la cortesía contiene los elementos para salir adelante en nuestras negociaciones y relaciones públicas.

La cortesía es la prueba de fuego que estamos en control de nuestras emociones, como la ira, la inquietud, el fastidio, la revancha. La cortesía es como una camisa de fuerza que detiene todos nuestros demonios y evita que digamos o hagamos algo de lo cual nos arrepintamos después. Esa camisa de fuerza evita que dañemos irreparablemente la dignidad de la persona con quienes estamos tratando.

La cortesía es una disciplina que para dominarla debemos invertir tiempo y esfuerzo. Entre muchos ejemplos podemos incluir: No quejarnos en público, no evidenciar las faltas de otros en público, no contradecir directa e inmediatamente las opiniones de la contraparte, no enojarse aún si nuestra contraparte está enojada, no tomar decisiones precipitadas, no dominar la conversación en una reunión, sí escoger palabras empáticas, sí el detener nuestra ansiedad y nuestros movimientos físicos que denoten desesperación. La cortesía nos otorga un espacio de tiempo para repensar las cosas, ¿quién dice que siempre vamos a tener la razón en todo y con todos?

La cortesía hace que nos podamos retirar de una mesa de negociación, de un trato que no nos convenga, pero dejando las puertas abierta por si cambian las circunstancias y podamos regresar y ser bienvenidos.

La cortesía es una competencia humana y profesional en Japón. No es casualidad que en el país de los guerreros Samurais se haya desarrollado la mayor cultura de cortesía en el mundo. Y es, gracias a la cortesía, que hace que sus ejecutivos sean los más fuertes en una negociación. Ellos pueden negar algo con gracia, aunque no hablen palabra alguna.

No hay que confundir la cortesía con la debilidad. En realidad, es todo lo contrario. La cortesía es la mayor fortaleza que podemos poseer. Ante la adversidad y estímulos externos negativos, evitamos el sobre-reaccionar y demostremos temple con el que estamos hechos cuando la circunstancia nos llame.

Derechos Reservados 2017, Ing. Gerardo Herrero Morales
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jueves, 24 de agosto de 2017

Si Tienes que Ver una Película que te Ayude en tu Desarrollo Profesional, que Sea Esta.



Si Tienes que Ver una Película que te Ayude en tu Desarrollo Profesional, que Sea Esta.

Podemos reflexionar sobre nuestras vidas, de cómo evoluciona el mundo y ampliar nuestros criterios cuando vemos actuaciones soberbias en contextos históricos. Además, la película tiene aspectos para que revisemos varias competencias que debemos contar para nuestro desarrollo profesional.

La película que en mi opinión a la que más se le puede sacar provecho es La Lista de Schindler.

Esta película ganadora al Oscar a la mejor película del año 1993, al mejor director, Steven Spielberg para un total de 7 Oscares es una obra de arte inmortal, que está basada en hechos reales. No reseñaré aquí la trama de la película, te recomiendo que la veas si no lo has hecho y retomes este post.  Describiré en cambio las competencias que se muestran en diferentes escenas.

1.-Imagen personal. Oskar Schindler el personaje central es el director de la fábrica de utensilios de esmalte para el ejército alemán de la segunda guerra mundial, mantenía siempre un aspecto impecable en su vestimenta, combinación de accesorios, corte de cabello, en su porte, lenguaje corporal hasta el mínimo detalle.

2.- La función principal de un director general. La de relaciones públicas. El trabajo de un director general es el de networking, el de asistir a todo tipo de eventos con gente importante, desde desayunos de negocios, hasta inauguraciones, relacionarse, hacer tratos que a nadie se le hubieran ocurrido antes.

3.- Hacer negocios sin dinero. La gente cree que para hacer negocios es imprescindible tener un capital propio. Eso es deseable, qué bueno que se contara con ello. Sin embargo, muchos empresarios desde siempre, los han hecho sin un peso en el bolsillo, a través de las relaciones públicas, conectando productores y compradores.

4.- Delegación. Schindler delega excelentemente toda la operación a su brazo derecho, en este caso a su contador. Su fábrica funciona como reloj. Cuando pide información precisa siempre la tiene en la palma de su mano, al momento. Tiene entonces el tiempo para ampliar su círculo de influencia.

5.- Trato de gentes. Siempre se involucra con su gente, permanece cercano a ellos, los inspira, les da ánimos. Posee las formas de un trato suave, acariciador. Les da su lugar, los recibe en su oficina. Nunca permite que su puesto se le suba a la cabeza. En un mundo en guerra donde a los judíos se les trataba como objetos o esclavos, Schindler los trata como seres humanos de igual a igual, procurando que a su gente no le falte nada de lo necesario para sobrevivir.

6.- Persuasión. Schindler tiene argumentos ganar-ganar, no los usa indiscriminadamente, sino pocos y buenos, siempre en el timing correcto, el momento exacto. Cuando alguien le presenta una objeción se toma una pausa para contestar lo exacto, y retoma su punto sin presionar demasiado, dándole el derecho de réplica a su contraparte.

7.- Tomador de riesgos. En la vida real, cosa que la película muestra de manera fugaz, Schindler fue encarcelado varias veces por defender judíos a riesgo de perder la vida. Lo que sí se muestra es cuando rescata a cientos de mujeres del mismísimo campo de concentración de Auschwitz, ir al mismo infierno y traer de vuelta sano y salvo a todo su personal.

8.- Disfrutar la vida. Aun en guerra, Schindler sabe reír, pasar buenos momentos (a veces con muchos excesos, es cierto), estar de buen humor, sobrellevar las situaciones duras.

9.- Negociador. Schindler sabe cómo negociar, aunque sea con rivales, con gente fanatizada, hasta obtener las metas que se proponía, con un liderazgo inmenso.

10.- Comprender que nuestra meta es más grande que nosotros mismos. Schindler trasciende el materialismo. En una primera fase buscaba el dinero, pero llega el momento que se da cuenta que no nos va a hacer felices por sí solo. Es cuando tiene la revelación de usar el dinero como una herramienta y no como un fin, en este caso para una causa humana mucho mayor. El usa el dinero y el dinero no lo usa a él. Se desprende de todo para ayudar hasta su último centavo.

11-. No buscar el reconocimiento. Nunca pidió o exigió que la gente lo reconociera públicamente. Pasaron muchos años antes que el estado de Israel, a través de miles de testimonios fuera a buscarlo para ayudarlo –estaba en la miseria- y además le diera el reconocimiento de “Justo Entre las Naciones”.

Esas son algunas de las reflexiones de un hombre que trascendió su tiempo, un ser humano con sus virtudes y defectos que usó los recursos que tenía a su disposición y los maximizó para un fin noble. Y es en esos parámetros que todos seremos evaluados cuando ya no estemos en este plano.

Derechos Reservados 2017, Ing. Gerardo Herrero Morales
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