Negociación,
Competencia de Vida.
De las 16
horas al día que pasamos despiertos, una gran cantidad son en interacciones
humanas. Ya sea con nuestros compañeros de trabajo, con nuestra pareja o hijos,
con clientes y proveedores externos. Y es ahí donde la negociación estará
presente.
Negociamos
cuando le pedimos un favor al compañero, sabedores que cuando él nos lo pida algo
equivalente tendremos que corresponder el favor.
Negociamos
con la pareja los repartos de labores domésticas, la manera de educar a los
hijos, los presupuestos la lista del supermercado, el presupuesto para las vacaciones,
la religión que seguirá la familia, la ubicación y diseño de la casa.
Negociamos
con los clientes que nos compren a nosotros, que nos compren más, que nos
paguen más rápido, que nos recomienden.
Negociamos
con los proveedores que nos entreguen a domicilio, nos empaquen con cartón
doble corrugado, que nos den más garantía de calidad, que nos surtan en la
fecha que deseamos.
Se negocia
entre países las tarifas de exportación-importación, las cuotas permitidas de
productos, a veces hasta las fronteras.
Negociamos
desde lo más trivial (qué programa ver un sábado en la noche) hasta lo más
complejo (las especificaciones de una maquinaria nuclear).
Y aun así con
esa relevancia, negociación no fue una materia en nuestros planes de estudio, desde primaria
hasta el doctorado. La razón de por qué no nos la enseñaron los profesores es
simple: porque a ellos nadie les enseñó a negociar tampoco y no es algo que
dominen. Lo cual es algo trágico porque generalmente no tenemos otro camino que
aprender a prueba y error o si acaso que nuestros padres nos enseñen algunas
técnicas que hayan aprendido en sus vidas.
Negociar
significa lograr que otras personas nos ayuden a logar nuestros propósitos, a
cambio de que nosotras las ayudemos a ellas. Tiene implícito que sea
ganar-ganar (que las partes ganen más de lo que cedan). Pero también existen, y
son válidas las negociaciones perder-perder (por ejemplo cuando dos socios de
una empresa tuvieron pérdidas en un año y tienen que poner dinero nuevo para
que continué funcionando). Las que no deberían de permitirse son las de
perder-ganar.
Se dice que
negociación es un arte. Eso es parcialmente cierto. La verdad es que
negociación es más técnica que arte. Así como hay técnicas de reclutamiento y
selección, técnicas de presentación, técnicas de manejo de inventarios,
técnicas de venta, o mercado-tecnia, negociación tiene sus pasos, su proceso y
sus protocolos para tener éxito. No cumplir con un solo detalle los protocolos
es la diferencia entre fracaso y éxito.
Negociación
es una competencia de vida que en un mundo ideal todos deberíamos una
comprensión y dominio absolutos. Imagina cuántos divorcios se evitarían,
cuántas guerras se evitarían, cuánto crecería la economía mundial, cuánta gente
no estaría en la pobreza. Negociación es tan necesaria, como estar
alfabetizado, como saber aritmética, como saber leer y escribir.
No esperes a
que el sistema educativo se ponga al día. Ya han pasado siglos y no se enseña. Deberás
aprenderla de la gente que admiras, de la auto-capacitación, de cursos y
seminarios diversos. Te va a llevar tiempo, pero la alternativa es una vida
vacía, menos plena y con oportunidades desperdiciadas.
Derechos
Reservados 2018, Ing. Gerardo Herrero Morales
gerencia@ccestrategica.com
www.ccestrategica.com
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